Desde que comenzó el confinamiento en distintas partes del mundo, los animales han ido apareciendo en sitios donde ya habíamos perdido esperanzas de volver a verlos.
La marea baja y el poco tráfico de góndolas y barcos ha aumentado la transparencia del agua y han permitido observar la vida marina directamente en el centro de Venecia (Italia), un efecto secundario positivo inesperado de la pandemia de coronavirus, que se suma a la reducción de CO2.
Attilio Rinaldi, profesor adjunto del Departamento de Ciencias Biológicas, Geológicas y Ambientales de la Universidad de Bolonia, explica que la especie de medusa observada es muy común en el Adriático superior y podría ingresar a los canales venecianos a través de flujos de marea que conectan este mar con la laguna.
A esta lista se suman delfines en Badalona (España), los ciervos de Nara en Japón y esperamos que más animales se continúen sumando. De la misma manera, que cuando todo regrese a la nueva normalidad, se tomen las políticas ambientales necesarias para proteger a estas especies.