La Comisión Europea ha propuesto incentivar más el uso de algas. Un producto que en los últimos años ha disparado sus usos en sectores como: la cosmética, la alimentación o el farmacéutico. La misma UE ha propuesto 23 posibles usos que dejarían grandes beneficios para el planeta.
Se estima que hacia 2030, el uso de algas alcanzará cifras de 9.000 millones de euros de seguir con la demanda actual gracias a su consumo. Además, el potencial de este productor marino puede combatir la contaminación de las aguas, reducir los efectos del CO2 en la atmósfera y conseguir dietas más saludables para el organismo.
El plan de la Unión Europea se ejecutará en conjunto con el Comité Europeo de Normalización (CEN). El mismo contempla su cuidado y cultivo para poder producir la demanda requerida. De esta manera se podría abastecer a los sectores que se beneficiarán del rendimiento de las algas, e incluso, poder producir mejoras en los mismos.
Asimismo, se evaluará la seguridad de las algas en algunos productos. Se pedirá la colaboración de las PYMES que impulsen proyectos que incluyan las algas como factor principal. Se delimitarían zonas marítimas dedicadas al cuidado y cultivo de las mismas.
Los innumerables beneficios del uso de algas
El hallazgo y uso de las algas se remonta a los inicios del siglo XX en Japón, representan una gran parte de su alimentación. Pero ya en los últimos años su consumo ha incrementado considerablemente también en Europa. En lugares como Galicia sus ventas en los últimos once años se han multiplicado por diez.
Presente en comidas cómo el sushi o la sopa de miso, contienen uno de los oligosacáridos más importantes para el correcto funcionamiento del organismo: el yodo. El mismo se encarga del metabolismo energético de las células.
De la misma forma, poseen propiedades fundamentales para los huesos ayudando a combatir la osteoporosis. Son grandes aliadas contra casos de anemia y ayudan a combatir los problemas digestivos. Su uso se recomienda en pequeñas cantidades.
Dada su gran concentración en nutrientes, una pequeña cantidad de algas en ciertos alimentos es suficiente para aportar al organismo los beneficios necesarios. Aun así, su uso está contraindicado en casos de hipotiroidismo y alergias al marisco. Su alto aporte de yodo se asemeja al de los crustáceos.
Anaïs Batanero