Aumentar el teletrabajo reduce la contaminación hasta un 10%, según un informe del Institut de Ciència i Tecnologia Ambientals (ICTA-UAB). Este compara los datos de movilidad y la calidad del aire con la implementación del teletrabajo en Barcelona durante el confinamiento.
Se puede considerar que el año pasado fue bastante atípico. No solo la gente debía trabajar desde su casas, nadie podía salir. Las calles vacías, ni coches, ni autobuses, ni trenes, parecía que el mundo se había detenido. Según la Agencia Internacional de Energía, la actividad media mundial de las carreteras durante el 2020 cayó casi un 50% en comparación con 2019. Claramente, como consecuencia, la contaminación del aire disminuyó.
El teletrabajo reduce la contaminación de dióxido de nitrógeno
Ahora bien, ¿Qué se puede tomar de esta experiencia a día de hoy? Implantar un sistema de teletrabajo de dos, tres y cuatro días a la semana permitiría reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2). Este, según el estudio del ICTA-UAB, es el principal contaminante relacionado con las emisiones de tráfico.
Cabe aclarar que los niveles elevados de NO2 pueden irritar los pulmones y disminuir la función pulmonar, además de reducir la resistencia a infecciones respiratorias. Según el MITECO, los efectos de respirar este gas continuamente puede producir inflamación en las vías respiratorias, entre otras cosas.
Trabajar desde casa 4 días a la semana disminuiría un 10% la contaminación del aire
Para contextualizar, un 85% de los habitantes de Barcelona se dedica al sector de servicios y casi el 40% del tráfico de vehículos personales está relacionado con el trabajo.
En el estudio del ICTA se plantearon tres escenarios posibles, partiendo de una jornada laboral de 5 días a la semana. En el primero, se propone trabajar desde casa 2 días de la semana. Esto permitiría reducir las emisiones relacionadas con el tráfico en un 5%, y los niveles de NO2 en un 4%. En el segundo, serían tres días de teletrabajo, que reduciría las emisiones en un 10% y los niveles de NO2 en un 8%. Por último, el tercer escenario serían 4 días de teletrabajo y las emisiones de tráfico se reducirían un 15% y un 10% los niveles de NO2. En este último caso, se reducirían casi un 38% los desplazamientos.
No hace falta explicar que no todos los trabajos pueden hacerse desde nuestros hogares. Al igual que somos seres sociales, estar en la oficina puede afianzar y generar más vínculos entre los compañeros. La existencia de estos estudios que demuestran el cambio que puede hacer el teletrabajo a nuestro planeta es una forma de incentivar a las empresas a dar el paso e implementarlo más en la jornada laboral.
Margarita Colombo Hiriart