Bolsas compostables, ¿Cómo utilizarlas?

Fuente: Biotránsito, empresa argentina dedicada a la producción de bolsas biodegradables y compostables y de otros productos sustentables.

Es resistente, es práctica, suficientemente higiénica y barata -de hecho, en la mayoría de los casos incluso es gratis-. La utilizo hoy, solo hoy, y luego la tiro. Podría guardarla pero ¿Para qué? Mañana seguramente me darán una nueva. 

Esta suele ser la vida útil de una bolsa plástica, y de otras tantas millones de toneladas de productos del mismo material. Según un informe del 2018 de la ONU Medio Ambiente “Plásticos de un solo uso: una hoja de ruta para la sostenibilidad”, en el 2015 se generaron 300 millones de toneladas de residuos plásticos.

Si bien al menos 127 países aprobaron distintas leyes que regulan el uso de las bolsas plásticas de un solo uso, este mismo informe estima que por año se consumen entre uno y cinco billones de las mismas. 

Y, aunque los números ubicados en breves párrafos resulten fríos y distantes, representan una realidad mucho más cercana: la constante contaminación que generamos sobre nuestros suelos, aguas y animales tanto terrestres como marinos. 

Frente a la innegable evidencia científica sobre los impactos medioambientales y sociales que tienen las bolsas plásticas derivadas de combustibles fósiles, desde hace algunos años existen otras alternativas más amigables con el medioambiente, pero sobre las que igualmente debemos tener ciertos recaudos. 

Un opción posible, si se la utiliza adecuadamente

Las bolsas compostables son aquellas fabricadas de tal manera que, después de un periodo de tiempo y bajo determinadas condiciones materiales y de temperatura, se descomponen completamente. Están elaboradas a partir de materia orgánica, lo que hace posible su biodegradación y transformación en lo que se conoce como compost. 

El compost, entonces, es el producto que se obtiene de la desintegración total del material orgánico y que se utiliza como fertilizante. 

¿Cómo utilizarlas?

Si bien opciones como esta parecieran encajar perfectamente con el enfoque de la economía circular, debemos estar atentos a la hora de informarnos sobre su funcionamiento. De acuerdo con un informe de Greenpeace de septiembre de 2019, los plásticos biodegradables solo representan el 1% del plástico disponible en el mercado. Además se advierte que no es necesariamente cierto que este tipo de bolsas se descomponen naturalmente. Muchas veces, para que el proceso ocurra se requieren condiciones de calor y humedad que rara vez se encuentran en el medio ambiente de forma natural.  

También se asegura que estas bolsas no son siempre 100% naturales, ya que en algunos casos su proceso de fabricación puede involucrar agregados químicos, similares a los utilizados en las bolsas plásticas convencionales.  

Grandes empresas constantemente colocan términos como “biodegradable”, “eco-friendly” o “verde” en sus productos como estrategia de marketing, cuando en realidad no cumplen con los requisitos necesarios. Por ello, informarse y educarse en el tema es sin dudas el abordaje más seguro e inteligente cuando del cuidado de nuestro medio ambiente se trata. 

Lucía Castro