El 79% de la población española sólo produce un 3% de la energía que consume, según un informe elaborado por la Fundación Renovables y Otovo. En los municipios con más de 10.000 habitantes se dan incentivos fiscales para las instalaciones de autoconsumo fotovoltaico. ¿El fin? motivar a los ciudadanos a generar su propia electricidad.
No es novedad que las urbanizaciones son el foco principal emisor de Gases de efecto invernadero (GEI). Una alternativa para reducir la huella de carbono es el autoconsumo fotovoltaico: crear la energía de tu vivienda a través de paneles solares.
El autoconsumo fotovoltaico no solo es sostenible, sino también rentable a largo plazo
¿Tiene sus ventajas? claro, muchas. Para empezar, la energía que usarás será renovable. Se termina la dependencia, como consumidor, con los principales distribuidores de electricidad. Es cierto que la inversión inicial de dinero para instalar las placas solares será grande. Cuesta entre 600€ y 800€ por metro cuadrado, según Idealista. Pero a fin de mes te ahorrarás la factura de la luz.
Además, se ofrecen bonificaciones fiscales. Las administraciones públicas reducirían impuestos como el IBI (Impuesto de Bienes Inmuebles) y el ICIO (Impuesto de construcciones, instalaciones y obras) a quienes tengan estas instalaciones de autoconsumo.
De los 753 municipios analizados en el informe, 312 ofrecen bonificaciones en el IBI, y únicamente 231 en ambos impuestos (IBI y ICIO). La población de estos municipios representa un 47% del total de la población residente en España. Por lo tanto, la posibilidad de las ayudas económicas existe, pero por desconocimiento u otros motivos, muchos ayuntamientos no las aplican.
Si bien estas ayudas son efectivas, el gobierno podría incentivar aún más. “Una medida sencilla, directa y clara para los ciudadanos sería un IVA reducido del 10%, en instalaciones de autoconsumo”, propone el CEO de Otovo, Iñigo Amoribieta al Periódico de la Energía.
Bruselas pide que en una década se multipliquen las energías renovables de Europa
La UE busca dejar fuera de la circulación a los vehículos más contaminantes, penalizar a los edificios (incluidas las viviendas habituales) que no limiten sus emisiones de CO2 y encarecer las importaciones desde países que no cooperen en la lucha contra el cambio climático, advierte en El País.
Para llegar a esta fecha cumpliendo lo pedido, se requerirá de un trabajo conjunto. Por su parte, las autoridades tendrán que usar su potencial como motor para el cambio. Seguir generando ayudas. A su vez, tanto el sector empresarial como los ciudadanos deben informarse de los beneficios y del coste que implica instalar y generar su propia energía.
El momento es ahora, la crisis climática está aquí y 10 años no son nada.
Margarita Colombo Hiriart