Científicos del Instituto de Tecnología de Harbin han desarrollado un dispositivo termogenerador capaz de convertir el calor humano en energía eléctrica. El estudio, realizado en China, tenía como objetivo comprobar si a través de termogeneradores se podría producir energía ecológica.
Se estima que el cuerpo humano es capaz de desprender energía similar a la de una bombilla de 100 vatios. Con la creación del nuevo termogenerador, los investigadores consiguieron que un participante con temperatura de 34º fuera capaz de encender una banda de LEDS aplicada a su muñeca, gracias al termogenerador. El diseño utiliza la diferencia que se produce entre la temperatura corporal más cálida y el entorno más frío para producir energía.
Los investigadores se plantean que estos termogeneradores sustituyan las baterías en dispositivos ponibles como relojes inteligentes o medidores de rendimiento físico.
El calor humano como fuente de energía
China y Alemania ya encabezan el liderazgo en desarrollo de termogeneradores capaces de transformar la energía residual humana en energía ecológica.
Se puede reutilizar alrededor de un 10% de la energía generada por los habitantes de la Tierra.
‘‘Cada día un adulto libera una media de tres kilovatios, equivalente a una hora de energía. Con ella, se podría hacer funcionar un televisor LCD durante 30 horas’’.- Así lo afirma Marco Membrini, CEO y fundador de la empresa alemana líder de termogeneradores Mithras.
Ante estos resultados, se empieza a patentar esta alternativa energética en otros sectores como el de la medicina. De esta forma, el uso de termogeneradores eficientes en este sector permitiría realizar avances en las intervenciones quirúrgicas y crear aparatos más autónomos como es el caso de las bombas de insulina.
El cambio de materiales en los termogeneradores redujo los costes
Existen dispositivos parecidos pero producidos con otros componentes. Este nuevo dispositivo fue creado a partir de un material a base de magnesio y materiales adherentes más eficientes que los habituales. Uno de los grandes hallazgos de este cambio respecto a los convencionales, creados a partir de bismuto, fue que se reducirían notablemente los costes de producción.
El equipo ya se plantea desarrollar termogeneradores más potentes y que permitan cubrir la demanda de energía ecológica actual.
Anaïs Batanero